DAGÓN - Especial de Halloween

• El pequeño Howard y sus amigos se divierten en Halloween.

Hoy se celebra una nueva noche de Halloween, principalmente en Estados Unidos, pero con esto de la globalización nosotros (los uruguayos), no hemos podido escapar a su hechizo. Pero no voy a entrar en la ya clásica discusión sobre si nosotros debemos festejarla o no, voy a hacer algo mucho más constructivo.

Acá les traigo Dagón (el Dios-Pez), un breve cuento del genio del terror Howard Phillips Lovecraft (1890 - 1937), para compartir con todos ustedes, esperando les haga erizar la piel.
Este relato no se cuenta dentro del "Ciclo de Cthulhu", auque es el primero de los cuentos del autor en el que se presenta un elemento del Mito, ya que el propio Dagón es una entidad marina vinculada con Cthulhu y la legendaria R'lyeh de relatos posteriores. En la ciudad de Innsmouth existe la "Orden Esotérica de Dagón" instaurada por los Profundos y el Capitán Obed Marsh.


Dagón
H.P. Lovecraft

Escribo esto bajo una fuerte tensión mental, ya que cuando llegue la noche habré dejado de existir. Sin dinero, y agotada mi provisión de droga, que es lo único que me hace tolerable la vida, no puedo seguir soportando más esta tortura; me arrojaré desde esta ventana de la buhardilla a la sórdida calle de abajo. Pese a mi esclavitud a la morfina, no me considero un débil ni un degenerado. Cuando hayan leído estas páginas atropelladamente garabateadas, quizá se hagan idea -aunque no del todo- de por qué tengo que buscar el olvido o la muerte.

Fue en una de las zonas más abiertas y menos frecuentadas del anchuroso Pacífico donde el paquebote en el que iba yo de sobrecargo cayó apresado por un corsario alemán. La gran guerra estaba entonces en sus comienzos, y las fuerzas oceánicas de los hunos aún no se habían hundido en su degradación posterior; así que nuestro buque fue capturado legalmente, y nuestra tripulación tratada con toda la deferencia y consideración debidas a unos prisioneros navales. En efecto, tan liberal era la disciplina de nuestros opresores, que cinco días más tarde conseguí escaparme en un pequeño bote, con agua y provisiones para bastante tiempo.

Cuando al fin me encontré libre y a la deriva, tenía muy poca idea de cuál era mi situación. Navegante poco experto, sólo sabía calcular de manera muy vaga, por el sol y las estrellas, que estaba algo al sur del ecuador. No sabía en absoluto en qué longitud, y no se divisaba isla ni costa algunas. El tiempo se mantenía bueno, y durante incontables días navegué sin rumbo bajo un sol abrasador, con la esperanza de que pasara algún barco, o de que me arrojaran las olas a alguna región habitable. Pero no aparecían ni barcos ni tierra, y empecé a desesperar en mi soledad, en medio de aquella ondulante e ininterrumpida inmensidad azul.

El cambio ocurrió mientras dormía. Nunca llegaré a conocer los pormenores; porque mi sueño, aunque poblado de pesadillas, fue ininterrumpido. Cuando desperté finalmente, descubrí que me encontraba medio succionado en una especie de lodazal viscoso y negruzco que se extendía a mi alrededor, con monótonas ondulaciones hasta donde alcanzaba la vista, en el cual se había adentrado mi bote cierto trecho.

Aunque cabe suponer que mi primera reacción fuera de perplejidad ante una transformación del paisaje tan prodigiosa e inesperada, en realidad sentí más horror que asombro; pues había en la atmósfera y en la superficie putrefacta una calidad siniestra que me heló el corazón. La zona estaba corrompida de peces descompuestos y otros animales menos identificables que se veían emerger en el cieno de la interminable llanura. Quizá no deba esperar transmitir con meras palabras la indecible repugnancia que puede reinar en el absoluto silencio y la estéril inmensidad. Nada alcanzaba a oírse; nada había a la vista, salvo una vasta extensión de légamo negruzco; si bien la absoluta quietud y la uniformidad del paisaje me producían un terror nauseabundo.

El sol ardía en un cielo que me parecía casi negro por la cruel ausencia de nubes; era como si reflejase la ciénaga tenebrosa que tenía bajo mis pies. Al meterme en el bote encallado, me di cuenta de que sólo una posibilidad podía explicar mi situación. Merced a una conmoción volcánica el fondo oceánico había emergido a la superficie, sacando a la luz regiones que durante millones de años habían estado ocultas bajo insondables profundidades de agua. Tan grande era la extensión de esta nueva tierra emergida debajo de mí, que no lograba percibir el más leve rumor de oleaje, por mucho que aguzaba el oído. Tampoco había aves marinas que se alimentaran de aquellos peces muertos.

Durante varias horas estuve pensando y meditando sentado en el bote, que se apoyaba sobre un costado y proporcionaba un poco de sombra al desplazarse el sol en el cielo. A medida que el día avanzaba, el suelo iba perdiendo pegajosidad, por lo que en poco tiempo estaría bastante seco para poderlo recorrer fácilmente. Dormí poco esa noche, y al día siguiente me preparé una provisión de agua y comida, a fin de emprender la marcha en busca del desaparecido mar, y de un posible rescate.

A la mañana del tercer día comprobé que el suelo estaba bastante seco para andar por él con comodidad. El hedor a pescado era insoportable; pero me tenían preocupado cosas más graves para que me molestase este desagradable inconveniente, y me puse en marcha hacia una meta desconocida. Durante todo el día caminé constantemente en dirección oeste guiado por una lejana colina que descollaba por encima de las demás elevaciones del ondulado desierto. Acampé esa noche, y al día siguiente proseguí la marcha hacia la colina, aunque parecía escasamente más cerca que la primera vez que la descubrí. Al atardecer del cuarto día llegué al pie de dicha elevación, que resultó ser mucho más alta de lo que me había parecido de lejos; tenía un valle delante que hacía más pronunciado el relieve respecto del resto de la superficie. Demasiado cansado para emprender el ascenso, dormí a la sombra de la colina.

No sé por qué, mis sueños fueron extravagantes esa noche; pero antes que la luna menguante, fantásticamente gibosa, hubiese subido muy alto por el este de la llanura, me desperté cubierto de un sudor frío, decidido a no dormir más. Las visiones que había tenido eran excesivas para soportarlas otra vez. A la luz de la luna comprendí lo imprudente que había sido al viajar de día. Sin el sol abrasador, la marcha me habría resultado menos fatigosa; de hecho, me sentí de nuevo lo bastante fuerte como para acometer el ascenso que por la tarde no había sido capaz de emprender. Recogí mis cosas e inicié la subida a la cresta de la elevación.

Ya he dicho que la ininterrumpida monotonía de la ondulada llanura era fuente de un vago horror para mí; pero creo que mi horror aumentó cuando llegué a lo alto del monte y vi, al otro lado, una inmensa sima o cañón, cuya oscura concavidad aún no iluminaba la luna. Me pareció que me encontraba en el borde del mundo, escrutando desde el mismo canto hacia un caos insondable de noche eterna. En mi terror se mezclaban extraños recuerdos del Paraíso perdido, y la espantosa ascensión de Satanás a través de remotas regiones de tinieblas.

Al elevarse más la luna en el cielo, empecé a observar que las laderas del valle no eran tan completamente perpendiculares como había imaginado. La roca formaba cornisas y salientes que proporcionaban apoyos relativamente cómodos para el descenso; y a partir de unos centenares de pies, el declive se hacía más gradual. Movido por un impulso que no me es posible analizar con precisión, bajé trabajosamente por las rocas, hasta el declive más suave, sin dejar de mirar hacia las profundidades estigias donde aún no había penetrado la luz.

De repente, me llamó la atención un objeto singular que había en la ladera opuesta, el cual se erguía enhiesto como a un centenar de yardas de donde estaba yo; objeto que brilló con un resplandor blanquecino al recibir de pronto los primeros rayos de la luna ascendente. No tardé en comprobar que era tan sólo una piedra gigantesca; pero tuve la clara impresión de que su posición y su contorno no eran enteramente obra de la Naturaleza. Un examen más detenido me llenó de sensaciones imposibles de expresar; pues pese a su enorme magnitud, y su situación en un abismo abierto en el fondo del mar cuando el mundo era joven, me di cuenta, sin posibilidad de duda, de que el extraño objeto era un monolito perfectamente tallado, cuya imponente masa había conocido el arte y quizá el culto de criaturas vivas y pensantes.


Confuso y asustado, aunque no sin cierta emoción de científico o de arqueólogo, examiné mis alrededores con atención. La luna, ahora casi en su cenit, asomaba espectral y vívida por encima de los gigantescos peldaños que rodeaban el abismo, y reveló un ancho curso de agua que discurría por el fondo formando meandros, perdiéndose en ambas direcciones, y casi lamiéndome los pies donde me había detenido. Al otro lado del abismo, las pequeñas olas bañaban la base del ciclópeo monolito, en cuya superficie podía distinguir ahora inscripciones y toscos relieves. La escritura pertenecía a un sistema de jeroglíficos desconocido para mí, distinto de cuantos yo había visto en los libros, y consistente en su mayor parte en símbolos acuáticos esquematizados tales como peces, anguilas, pulpos, crustáceos, moluscos, ballenas y demás. Algunos de los caracteres representaban evidentemente seres marinos desconocidos para el mundo moderno, pero cuyos cuerpos en descomposición había visto yo en la llanura surgida del océano.

Sin embargo, fueron los relieves los que más me fascinaron. Claramente visibles al otro lado del curso de agua, a causa de sus enormes proporciones, había una serie de bajorrelieves cuyos temas habrían despertado la envidia de un Doré. Creo que estos seres pretendían representar hombres... al menos, cierta clase de hombres; aunque aparecían retozando como peces en las aguas de alguna gruta marina, o rindiendo homenaje a algún monumento monolítico, bajo el agua también. No me atrevo a descubrir con detalle sus rostros y sus cuerpos, ya que el mero recuerdo me produce vahídos. Más grotescos de lo que podría concebir la imaginación de un Poe o de un Bulwer, eran detestablemente humanos en general, a pesar de sus manos y pies palmeados, sus labios espantosamente anchos y fláccidos, sus ojos abultados y vidriosos, y demás rasgos de recuerdo menos agradable. Curiosamente, parecían cincelados sin la debida proporción con los escenarios que servían de fondo, ya que uno de los seres estaba en actitud de matar una ballena de tamaño ligeramente mayor que él. Observé, como digo, sus formas grotescas y sus extrañas dimensiones; pero un momento después decidí que se trataba de dioses imaginarios de alguna tribu pescadora o marinera; de una tribu cuyos últimos descendientes debieron de perecer antes que naciera el primer antepasado del hombre de Piltdown o de Neanderthal. Aterrado ante esta visión inesperada y fugaz de un pasado que rebasaba la concepción del más atrevido antropólogo, me quedé pensativo, mientras la luna bañaba con misterioso resplandor el silencioso canal que tenía ante mí.

Entonces, de repente, lo vi. Tras una leve agitación que delataba su ascensión a la superficie, la entidad surgió a la vista sobre las aguas oscuras. Inmenso, repugnante, aquella especie de Polifemo saltó hacia el monolito como un monstruo formidable y pesadillesco, y lo rodeó con sus brazos enormes y escamosos, al tiempo que inclinaba la cabeza y profería ciertos gritos acompasados. Creo que enloquecí entonces.

No recuerdo muy bien los detalles de mi frenética subida por la ladera y el acantilado, ni de mi delirante regreso al bote varado... Creo que canté mucho, y que reí insensatamente cuando no podía cantar. Tengo el vago recuerdo de una tormenta, poco después de llegar al bote; en todo caso, sé que oí el estampido de los truenos y demás ruidos que la Naturaleza profiere en sus momentos de mayor irritación.

Cuando salí de las sombras, estaba en un hospital de San Francisco; me había llevado allí el capitán del barco norteamericano que había recogido mi bote en medio del océano. Hablé de muchas cosas en mis delirios, pero averigüé que nadie había hecho caso de las palabras. Los que me habían rescatado no sabían nada sobre la aparición de una zona de fondo oceánico en medio del Pacífico, y no juzgué necesario insistir en algo que sabía que no iban a creer. Un día fui a ver a un famoso etnólogo, y lo divertí haciéndole extrañas preguntas sobre la antigua leyenda filistea en torno a Dagón, el Dios-Pez; pero en seguida me di cuenta de que era un hombre irremediablemente convencional, y dejé de preguntar.

Es de noche, especialmente cuando la luna se vuelve gibosa y menguante, cuando veo a ese ser. He intentado olvidarlo con la morfina, pero la droga sólo me proporciona una cesación transitoria, y me ha atrapado en sus garras, convirtiéndome irremisiblemente en su esclavo. Así que voy a poner fin a todo esto, ahora que he contado lo ocurrido para información o diversión desdeñosa de mis semejantes. Muchas veces me pregunto si no será una fantasmagoría, un producto de la fiebre que sufrí en el bote a causa de la insolación, cuando escapé del barco de guerra alemán. Me lo pregunto muchas veces; pero siempre se me aparece, en respuesta, una visión monstruosamente vívida. No puedo pensar en las profundidades del mar sin estremecerme ante las espantosas entidades que quizá en este instante se arrastran y se agitan en su lecho fangoso, adorando a sus antiguos ídolos de piedra y esculpiendo sus propias imágenes detestables en obeliscos submarinos de mojado granito. Pienso en el día que emerjan de las olas, y se lleven entre sus garras de vapor humeantes a los endebles restos de una humanidad exhausta por la guerra... en el día en que se hunda la tierra, y emerja el fondo del océano en medio del universal pandemonio.

Se acerca el fin. Oigo ruido en la puerta, como si forcejeara en ella un cuerpo inmenso y resbaladizo. No me encontrará. ¡Dios mío, esa mano! ¡La ventana! ¡La ventana!

FIN

* La viñeta pertenece a la adaptación de Richard Corben.

50 años de Asterix y Obelix


Este jueves se cumple medio siglo desde que los intrépidos galos aparecieran por vez primera en las páginas de la revista Pilote, el 29 de octubre de 1959.
Un año después, en el primer álbum "Astérix el galo", ya se menciona al espía romano Caligula Minus, que enseñaba a los bárbaros Lutecia en sus visitas turísticas nocturnas. Y desde entonces, la ciudad bañada por el Sena desempeña un papel clave en las aventuras de Astérix, Obélix, Asurancetúrix y compañía.



París aparece más de cien veces en las aventuras de los galos, en ocasiones como divertidos reflejos de la Edad Moderna. Ya entonces, Astérix y Obélix se sorprendían del tráfico de la ciudad, la contaminación del aire, los miles de vendedores ambulantes y la mentalidad de sus ciudadanos.

La capital de Francia es a Astérix como Astérix a Obélix. No en vano, en la ciudad residían los dos autores de las aventuras de los galos, André Uderzo y René Goscinny. El pequeño narizotas de apenas 1,20 metros de atura que no teme luchar contra los romanos se convirtió en símbolo nacional del país, aunque con el tiempo sus historias hayan quedado un tanto pasadas de moda.

• René Goscinny y André Uderzo (1967).


El aniversario de Astérix y Obélix: El Libro de Oro

El último álbum, El aniversario de Astérix y Obélix: El Libro de Oro, tampoco desató en Francia demasiada expectación entre los lectores, como ya sucedió con el anterior, "¡El cielo se nos cae encima!", que fue publicado en 2005.


Desde que Goscinny, el guionista de las aventuras, murió en 1977, las historias perdieron en ingenio, chispa y sutileza. Hasta entonces se publicaron 22 álbumes, pero la época dorada del cómic de los galos y su pequeño pueblo en el noroeste de Francia ya pasó. Con todo, a sus creadores les dio tiempo para hacerse millonarios: las historietas fueron traducidas a más de cien idiomas y se vendieron más de 325 millones de ejemplares.

Y aun sin nuevas aventuras, los galos siguen presentes en Francia. Hace justo 20 años se creó un parque temático dedicado a ellos al noreste de París. En torno al 80 por ciento de sus visitantes son franceses, y la situación no cambió tras la apertura del parque de EuroDisney, en el este de la capital, inaugurado en 1994.

El pueblo galo resistió y batió en lo comercial la invasión de Mickey Mouse. ¿La receta del éxito? Los personajes de Astérix están bien asentados en la conciencia colectiva de los franceses, opina el director del Parc Asterix.

Ahora, con motivo de sus bodas de oro, París celebra las aventuras de estos galos con un programa cultural que se asemeja a lo que Uderzo se había planteado en su criticado álbum. En él, los protagonistas son enviados a un viaje cultural por teatros y museos donde acaban descubriendo sus retratos. Y algo así les sucederá a los visitantes del museo medieval de Cluny, cerca del Boulevard Saint Michel.

Hasta el 3 de enero podrán verse allí unos 50 dibujos originales, manuscritos y objetos relacionados con el universo de Astérix y compañía, a quienes ni los piratas ni los soldados logran detener - "¡Están locos estos romanos!"-. Entre los exponentes de la muestra se encuentra una máquina de escribir, una Keystone Royal, en la que Goscinny tipeó sus inolvidables historias.


Asterix y Obelix luchan contra la burocracia en "Las Doce Pruebas"

Trabajos presentados en el Concurso de Ilustración

El viernes 23 de octubre tuvo lugar en el INJU, el cierre del Concurso de Ilustración "Los Últimos Días del Graf Spee", organizado por el Club Apocalipta y el Grupo Belerofonte.

Finalmente integramos el jurado junto a Matías Bergara (dibujante) y sin la presencia de Rodolfo Santullo (guionista), que no pudo concurrir por problemas personales, pero mandó las disculpas del caso y los libros autografiados para los ganadores.

• Matías Olivera Arbón, Guillermo García,
Matías Bergara, Peter Parker y Fernando Ramos.

A lo largo del año se han planteado diferentes concursos y ejercicios con la finalidad de motivar a los alumnos del taller, con nuevas exigencias artísticas y formales, que les permiten desarrollar soluciones gráficas acordes a los objetivos puntuales.

1er. Premio - Javier Dominguez

2do. Premio - Pablo Ciomei

Mención Especial - Mauricio Moreno

Pablo Cabrera

Rodrigo Pisurno

Mauricio Moreno

Martin Escasso

Jeronimo Lamas

Antesala: ¡Viaje con Nosotros!

El lunes 19 de octubre concurrimos a la muestra itinerante "¡Viaje con Nosotros!", invitados por el Sr. Enrique Mrak, Director del Área de Actividades Académicas del Centro Cultural de España y apoyada por Montevideo Cómics.


Este proyecto expositivo trata de ser una muestra plural del nuevo cómic español surgido en los años ochenta y que ha alcanzado su plena madurez creativa dos décadas después. Una exposición colectiva que toma el viaje como eje temático y está integrada por las obras de Gallardo, Keko, Mauro Entrialgo, Max, Micharmut y Miguelanxo Prado. Seis autores que han logrado un lenguaje personal y que, desde seis focos geográficos distintos (Cataluña, Madrid, País Vasco, Baleares,Valencia y Galicia), dibujan con trazo propio y diverso el panorama actual del cómic español dentro de la escena internacional, a la cual se dirige esta iniciativa promovida por la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (SEACEX).

La idea de viaje tiene que ver en primer lugar con el recorrido por la obra de los seis autores y con el propio carácter itinerante de la exposición.Pero el viaje es también el núcleo temático con el que se han articulado los contenidos y el proyecto expositivo. La gran mayoría de las más de ciento cincuenta páginas expuestas son originales y sólo siete son impresiones digitales, aquellas que corresponden a algún original ya inexistente o a alguna página no disponible pero necesaria en el discurso de la exposición.Se ha intentado generar un diálogo tanto entre las obras de los seis autores como entre las de cada autor a lo largo de su trayectoria, integrándolas en los distintos ámbitos de la exposición según los diferentes enfoques del tema central: el viaje.

• Todos junto a Jorge Díez (Comisario de la muestra) y el artista Miguel Gallardo.


Lo más interesante de la muestra, fue poder compartir impresiones y experiencias con Miguel Gallardo y varios de los dibujante y guionistas del cómic local, entre los que se destacaban Nicolás Peruzzo (Ninfa Cómics); Esteban Caballero (Evolución Cómics); Pablo Zignone (Apocalipta); Rodolfo Santullo y Matías Bergara (Grupo Belerofonte), Silvio Galizzi (el vampiro Vlad Tepes), Tunda, Ignacio Calero y Fernando Ramos junto a Guillermo García Cruz (Sidekick).

Rodolfo Santullo, Matías Bergara, Virginia Villa y Esteban Caballero.

• Guillermo García, Fernando Ramos, Pablo Zignone, Miguel Gallardo y Silvio Galizzi.

• Jorge Díez nos explica sobre la muestra.

Sin lugar a dudas se trata de una muestra artística muy particular que no hay que dejar pasar, ya que presenta una variedad de trabajos y estilos, muy difíciles de encontrar reunidos una sola exhibición.


Diseño expositivo

El diseño expositivo parte del tipo de obra a exhibir y del viaje como eje temático de la exposición, tema que denota en si mismo la idea de itinerancia.
A partir de este criterio se plantean una serie de soportes expositivos que representan de manera conceptual y escenográfica; los contenedores, maletas y baúles tradicionales utilizados para trasladar objetos.

Se propone entonces un diseño modular de muy fácil montaje que, por medio de la suma de elementos, genera áreas versátiles que se pueden organizar según el concepto expositivo y las necesidades espaciales requeridas. Dichos módulos constituyen una familia de soportes de diferentes formas y dimensiones que en conjunto aportan movimiento a la exposición y en lo funcional resuelven los distintos niveles de información que se plantean, tanto a nivel gráfico como de las obras a exhibir.


Módulo Maleta

Sistema de dos enmarcados unidos mediante bisagra con forma de maleta, con esquineras, asas, cierres y herrajes.El diseño propuesto permite la colocación de piezas originales y gráfica aplicada tanto en el plano vertical como en el horizontal de manera que cuando la maleta se encuentra abierta expone dos planos para obra.


Módulo maleta interactiva

Sistema de dos enmarcados unidos mediante bisagra con forma de maleta, que posee encastrada en la base una pantalla táctil de 17” y un ordenador integrado que permite la instalación de una aplicación interactiva que muestra los cuadernos de viaje que se han digitalizado para la exposición. Dando al visitante la posibilidad de manejar digitalmente el cuaderno.


Módulo panel vertical

Panel vertical conformado por 4 piezas, la primera de las cuales sirve como elemento para la disposición de la gráfica de la exposición, lo que incluye tanto la imagen de la misma, como los créditos de la sede que acoge la exposición y el resto de entidades promotoras o cualquier otra información de relevancia. Las otras tres piezas se utilizan como apoyo para los distintos tipos de montaje posibles y para una eventual separación de ámbitos. Estos paneles miden 210 centímetros de alto y el de créditos está previsto para instalarse en la entrada de la exposición.

Continuará... Crónicas de Vampiros



Drácula Pregunta...

Regresa el mayor juego de preguntas y respuestas frikis. El inigualable Zeta vuelve a conducir el juego, esta vez con temática vampiresca en cada una de las categorías.

¿Cuánto pensás que sabés de Comics, Anime o Música? Unite a uno de los cuatro equipos participantes y demostrá todo tu conocimiento.
Además el juego contará con preguntas especiales y varias sorpresas para los equipos participantes.

Y recuerden: cuanto mayor es la dificultad de la pregunta, mayor es la satisfacción al responderla correctamente.


MERVEL FILMS dice presente



Este video presenta las complicaciones que debe sortear un pobre Vampiro Freak, para poder conseguir su entrada para Continuará... Las situaciones que se le presentan suceden en una extraña mezcla de épocas (siglo XVI con la actualidad) y su vestimenta y reglas de comportamiento más aun (véanlo ustedes mismos).

¡Viaje con nosotros!

Cómic e Ilustración de España

Llega a nuestras tierras una muestra colectiva que dará que hablar a todos quienes integramos el mundillo del cómic nacional.


Una exposición colectiva que toma el viaje como eje temático y está integrada por las obras de GALLARDO, KEKO, MAURO ENTRIALGO, MAX, MICHARMUT y MIGUELANXO PRADO. Seis autores que han logrado un lenguaje personal y que, desde seis focos geográficos distintos (Cataluña, Madrid, País Vasco, Baleares, Valencia y Galicia), dibujan con trazo propio y diverso el panorama actual del cómic español dentro de la escena internacional.

El viaje se aborda en esta exposición en siete ámbitos que van desde su sentido más literal hasta lo psicodélico, pasando por la infancia y juventud, la aventura, la cultura, el amor y la muerte. Dentro de cada ámbito se confrontan trabajos de distintos autores y de distinta época, punteados por citas literarias y por dibujos de las historietas originales realizadas para el proyecto.

Dirección General de Relaciones Culturales y Científicas. Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (SEACEX). Comisario: Jorge Díez.

Centro Cultural de España - Rincón 629esq Bartolomé Mitre

ABIERTA HASTA EL SÁBADO 28 DE NOVIEMBRE DE 2009
AUSPICIA:
MONTEVIDEO CÓMICS


El comic, la historieta, la bande dessinée nació como un medio de masas vinculado a la prensa diaria a finales del siglo XIX y ha sufrido una profunda transformación hasta nuestros días. Actualmente, junto a un sector plenamente integrado en las industrias de la cultura que se dirige al público infantil, el cómic para adultos mantiene alguna cuota significativa de mercado y un cierto carácter masivo en el campo humorístico o satírico.

Una generación de autores del cómic llamado independiente, alternativo o de vanguardia surgió con pujanza en los años ochenta tratando de abrirse camino entre la indiferencia más absoluta tanto de la industria editorial establecida como de los canales de distribución del mercado comercial de la historieta.

Anualmente se celebran en Europa distintas ferias y encuentros que en alguna medida han ido dando cabida a estos autores independientes. En España, al ya consolidado y comercial Salón Internacional del Cómic de Barcelona se han unido, por ejemplo, las ferias de A Coruña y Avilés. También recientemente se creó el Premio Nacional de Cómic, otorgado a Max en su primera edición. Curada por Jorge Díez, este proyecto expositivo trata de ser una muestra plural del nuevo cómic español surgido en los años ochenta y que ha alcanzado su plena madurez creativa dos décadas después.

Concurso de Ilustración

"Stop wireless or I open fire!"

Luego de permanecer en silencio durante tres semanas, este humilde blog (y su administrador), vuelven a la acción para traerles el Concurso de Ilustración "Los Últimos Días del Graf Spee", organizado por el Club Apocalipta y el Grupo Belerofonte.


Las bases del mismo están en el afiche y como bien dice en uno de sus puntos, el concurso es exclusivo para los miembros del Club Apocalipta, integrado principalmente por los alumnos que concurren al Taller de Cómics en el INJU.

Pero el guionista Rodolfo Santullo tuvo la brillante idea de hacer extensible el concurso (con un segundo libro como premio), a todo aquel que se sienta inspirado y con ganas de participar. Las bases son las mismas y el jurado también (conmigo incluido).

Técnica Libre - Formato Libre

Todos los trabajos presentados se publicaran aquí y en el blog del Grupo Belerofonte, una vez finalizado el concurso.
Las ilustraciones deberán ser enviadas por correo electrónico a rsantullo@yahoo.com.

¡Próximamente habrán más novedades!
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